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Ministros de la Corte Suprema

La Corte Suprema admitió hoy el per saltum que presentaron los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli ubicados a dedo por el macrismo. Cabe destacar que, si bien la ley requiere que exista gravedad institucional para aceptar el per saltum, queda a la vista que, para los cortesanos, el hecho de que dichos jueces se resistan a volver a sus magistrados designados para poder seguir en la Corte garantizando impunidad a quienes saquearon el país los último cuatro años, no revierte ninguna importancia extraordinaria.

En este sentido, inunda la lógica preocupación sobre el rol que elige jugar el Poder Judicial y sus consecuencias en la vida democrática. Nos alarma que, de manera irresponsable, se deje verter lo partidario marcando su claro posicionamiento en el tablero político nacional (accionar que hemos visto en la mayoría de los países de América Latina donde avanza la derecha), admitiendo con cierta urgencia este recurso en esta oportunidad y no así, en temas de mayor contenido social y se ceda a presiones o preferencias de agenda que intenta imponer la derecha: siempre en detrimento de las clases populares.

Desde hace unas horas la oposición está de fiesta y se embandera en el relato de la República, la justicia y la democracia. Sin embargo, lo resuelto hoy, justamente, por la Corte, no tiene nada de todo esto. Claro está que los sectores poderosos, más radicalizados, son los que se niegan a la reforma judicial, al aporte extraordinario de las grandes fortunas, a una cuarentena que defiende la vida. No es casual, ni gratis, esa connivencia.

Desde el Frente Grande repudiamos esta decisión de la Corte que poco se asemeja a las facultades que debieran conducir a los cortesanos y lamentamos que, luego de haber transitado tantos años de dolor inolvidable, nuevamente se ponga en tensión la democracia.