imagen Banderas flameando del Mercosur

El 26 de marzo se cumplieron 30 años desde la firma del Tratado de Asunción que dio nacimiento al Mercosur. 

Eduardo Sigal, Vicepresidente del partido Frente Grande

Es un momento difícil, podríamos decir crítico del proceso regional y eso se expresó en el ácido intercambio entre los presidentes Luis Lacalle Pou y Alberto Fernández, aunque de alguna manera también participaron respaldando al mandatario uruguayo, el brasileño Jair Bolsonaro y el paraguayo Mario Abdo Benítez.

¿Qué está en discusión? En un marco general, la posibilidad de firmar tratados internacionales de manera individual por cada uno de sus miembros. Pero, simplificadamente, podríamos decir que si se bajan o no aranceles a las importaciones de terceros países cuando vienen al Mercosur. Argentina se opone terminantemente como criterio general, sin evaluar el impacto que tendría en el deterioro del sistema productivo de nuestros países.

Nuestros socios no por casualidad han adoptado una posición ideologista o ideologizada inspirada en las teorías neoliberales hegemónicas en la década del 90 del siglo pasado y resucitadas con la administración macrista y con los gobiernos de derecha en nuestros países hermanos.

Afirmo que es una posición ideológica que ya no tiene práctica concreta ni en EEUU ni en la Unión Europea, donde se trata de preservar los distintos sectores económicos que generan empleo e inclusión nada más ni nada menos que con aranceles o con distintos mecanismos que traban el libre comercio, medidas arancelarias o paraarancelarias.

Los europeos dicen que no pueden firmar el acuerdo de asociación entre la UE y el Mercosur porque Brasil no respeta el medio ambiente, particularmente en Amazonas. La base es una fuerte presión de los campesinos franceses que, más allá de los subsidios estatales que reciben, no se consideran en condiciones de competir con los agricultores de Mercosur. Algo similar pasa en EEUU.mercoUE

¿Por qué ellos pueden escuchar a sus productores y actuar en consecuencia? ¿Por qué aquí quieren hacer caso omiso a los planteos de empresarios de la poderosa central FIESP de San Pablo o de los otros países, incluido el nuestro y no se los quiere escuchar? ¿No será que la antigua crítica de ideologistas que se le hacía a los sectores nacionales y populares o de izquierda ahora les cabe a ellos?

¿Qué modelo de país tienen como proyecto? Parece que el de economías primarizadas y muy concentradas con grandes bolsones de pobreza. Una sociedad donde los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres y marginados.

Ya han hecho mucho daño. Argentina es ejemplo de ello. Durante el gobierno de Mauricio Macri creció enormemente la desocupación, la pobreza y el endeudamiento como instrumento de la dependencia de los grandes centros del poder financiero internacional.

Fue muy desatinado plantear este tema en la Cumbre Presidencial por el 30 aniversario. Parece que el ideologismo de derecha no repara en consecuencias. Por eso es tan importante la reacción del presidente Alberto Fernández que no dejó pasar la provocación y dijo con claridad y al límite del riesgo de terminar con una política que lleva treinta años, que al que no le guste se baje de este barco.

Nos apoyamos en la decisión 32/2000 que dice que todo cambio debe hacerse por consenso unánime. Ha quedado claro cuál es la posición presidencial. No hay que dar vueltas ni tergiversar nada. La conducción política de Cancillería y el personal diplomático tienen que pensar cómo.

No todo es comercio por importante que sea. Hay que desarrollar una cultura de la integración que también facilitará el comercio.

Hace un año planteamos por ejemplo que no puede haber integración sin políticas comunes contra el COVID 19. Los resultados en cantidad de muertos y contagiados hablan a las claras. Hoy tenemos que cerrar las fronteras por las enormes diferencias conceptuales en cómo enfrentar la pandemia y lo más triste es que podríamos haber desarrollado políticas de investigación médica y preventivas que hubieran ayudado a la integración, seguramente podrían haber evitado esos millones de contagiados y decenas de miles de muertos. Esto también forma parte de las necesidades populares.

eduardoynestorDe 2003 al 2011 fui Subsecretario de integración económica de Cancillería y coordiné las negociaciones del ALCA, Mercosur, Mercosur y terceros países, Mercosur y otros bloques, como con la UE. Siempre negociábamos teniendo en cuenta qué país queríamos construir. Nuestra guía siempre estaba en agregar valor a nuestra producción primaria, generar empleos de calidad, cuidar el ambiente. Nunca se negociaba sin la sala de al lado, donde estaban las representaciones de los empresarios de la ciudad, del campo y de los trabajadores y trabajadoras.

Alguien podría pensar que así es difícil avanzar. Efectivamente, era difícil, pero sin participación y sin ese debate se achica la Democracia. Los resultados: se firmaron acuerdos de complementación económica con Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela. Se profundizó el ACE con México. Firmamos acuerdos con el sistema de integración africano del SACU, se firmó un tratado de preferencias fijas con India, uno de libre comercio con Israel y se dejaron encaminadas decenas más.

El intercambio comercial de Argentina pasó de 25.000 millones de dólares en 2003 a 87.000 en 2011. Se creó en Cancillería el Consejo Consultivo de la sociedad civil en el que llegaron a participar 1200 organizaciones. Creamos con Brasil el sistema de intercambio con moneda local, Peso-Real sin tener que pasar por el Dólar, lo que nos permitía recuperar soberanía y ahorrar cientos de millones de estos. Nuestro intercambio bilateral llegó a los 40.000 millones de dólares.

Pensamos en integración de los gobiernos y de los pueblos, se creó en ese tiempo el Parlamento de Mercosur. Avanzamos en facilidades para la circulación de bienes culturales, acordamos planes de Educación bilingües español y portugués más allá de las fronteras, con la impresión de 20 millones de libros en doble lengua para facilitar el aprendizaje.

Trabajamos para la complementariedad productiva entre los países de Mercosur y creamos áreas específicas para ello. La industria automotriz fue abanderada y ejemplo de ese proceso, que a su vez debía incorporar cada vez más autopartes de fabricación mercosuriana.

Se puede y se debe pensar la integración regional en términos complejos. Tenemos un hermoso desafío si queremos insertarnos bien y aprovechando nuestras ventajas competitivas en este mundo global y tecnológico en el que vivimos.

Otra Argentina es posible y otra Región también. 

Eduardo Sigal

Vicepresidente Partido Frente Grande

Ex subsecretario de integración, Cancillería Argentina.